En los últimos años, FENADISMER junto con las restantes asociaciones de transportistas que integran el Comité Nacional de Transporte por Carretera han venido denunciando la situación insostenible que se vive en la frontera francesa de Biriatou con Irún, por la que diariamente circulan más de 11.000 camiones con destino al resto de Europa. En dicho paso fronterizo se producen diariamente colas kilométricas de camiones en territorio español como consecuencia del comportamiento “incomprensible” e “intolerable” de las autoridades francesas, que someten a los vehículos de transporte a unos controles injustificables, incompatibles con el acuerdo Schengen de libre tránsito.
Esta congestión diaria, que ocasiona pérdidas millonarias a las empresas transportistas, se ve agravada con el cierre permanente de 10 de las 12 cabinas de control del peaje situado en la frontera francesa, lo que ocasiona un colapso de camiones en territorio español ante la pasividad de las autoridades francesas.
Pese a las reiteradas quejas que el Gobierno español, a través del Ministerio de Fomento, ha remitido al Ministerio francés de Transportes, la situación lejos de mejorar se ve agravada diariamente. De hecho, las propias autoridades francesas han reconocido la existencia de un problema real, instando a la concesionaria de la autopista a que proceda a la apertura de todas las cabinas de peaje, lo que hasta la fecha no se ha producido. En este sentido, según la información facilitada por el propio Ministerio de Fomento, dicha cuestión que será tratada en la próxima reunión bilateral que tendrá lugar entre ambos Gobiernos.
Por ello, las organizaciones de transportistas que componen el Comité Nacional de Transporte por Carretera, en su reunión plenaria celebrada este miércoles 22 de mayo, han acordado por unanimidad emitir el siguiente comunicado de prensa:
“El Departamento de Mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) ha acordado por unanimidad, poner en conocimiento de la opinión pública el grave problema de congestión de tráfico que se viene produciendo desde noviembre de 2015 en la frontera de Irún, en el denominado paso de Biriatou, a resultas del control indiscriminado de camiones que lleva a cabo la gendarmería francesa, la cual, disponiendo de doce pórticos de acceso a su territorio, caprichosamente, utiliza solo dos de ellos, provocando colas kilométricas en el territorio español.
Situación que, desde luego, no se produce en el lado español de la frontera. Problema que, dado el tiempo transcurrido sin darle solución, puede terminar por tener consecuencias no deseadas para nadie.
Cuantas gestiones se han realizado estos años para tratar civilizadamente de corregir el comportamiento de las autoridades francesas, han colisionado con un muro de incomprensión y silencio por parte de estas. Sin que las autoridades españolas se hayan sentido obligadas, incomprensiblemente, a elevar la voz ante sus colegas franceses a pesar de nuestras reclamaciones.
Los datos aportados por la patronal FITRANS, obtenidos del Centro de Gestión de Tráfico del País Vasco, reflejan qué desde el inicio del problema en el año 2015, se han producido este tipo de paralizaciones el 51,5% de los días del año. Con una media de horas diarias pérdidas de 3,6 horas, lo que desde el inicio del conflicto se traduce en un número total de 2.341 horas perdidas.
Las retenciones tienen una longitud media diaria de 4,3 kilómetros, habiendo llegado a alcanzar 19 kilómetros el 3 de abril de 2018 o, los 23 kilómetros el 22 de mayo de 2018, siendo en ambos casos festivo en Francia.
Las pérdidas para el sector del transporte son cuantiosas. Un camión pierde por cada hora de retención alrededor de 55 euros. Lo que permite hablar de unas pérdidas totales de unos 40.000 euros anuales de media por vehículo para cada uno de los 11.000 vehículos que atraviesan a diario la frontera.
Creemos llegado el momento en que las autoridades españolas y las comunitarias, exijan de las francesas una inmediata rectificación de su comportamiento, de otro modo esta situación terminará por desembocar en otro tipo de conflictos que deseamos por todos los medios evitar”.